“Dios quiere vivir con los hombres por eso, desde antiguo ha buscado lugares y momentos de encuentro para llevarnos a la comunión con Él”. Con estas palabras ha comenzado el Obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández la homilía en la Eucaristía por la solemnidad de la Dedicación de la Santa Iglesia Catedral. Una fiesta que ha congregado a los miembros del Cabildo Catedralicio y a los fieles de la Diócesis.
Asimismo, el prelado ha repasado la historia de la construcción de la Catedral tras lo que han pasado más de ocho siglos desde que este templo fue consagrado a Dios como “un templo único en el mundo, y así, nos sentimos orgullosos desde Córdoba por tener como seña de identidad este templo dedicado al Señor”.
Por otro lado, haciendo referencia a las lecturas del día ha afirmado: “Dios quiere hacer de cada uno de nosotros un templo consagrado a Él”, y esto no es contradictorio con que a lo largo de la historia se hayan construido templos de culto que son “lugares para la cultura, la comunión, la caridad y la misión evangelizadora”.
Además, ha exhortado a todos los presentes que esta fiesta de la dedicación de la Catedral “es una fiesta de toda la Iglesia y de toda la Diócesis que tiene como epicentro la Santa Iglesia Catedral”.
Finalmente, ha agradecido la labor del Cabildo Catedral tanto caritativa como del cuidado de la dignidad de los cultos que cobran una dimensión transnacional al estar expuestos al mundo entero a través de las retransmisiones en los medios de comunicación.
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