La cofradía de Nuestra Señora de los Dolores acaba de terminar las obras del local del que salen sus pasos desde hace más de una década y la cofradía iniciará desde allí su estación de penitencia a la Catedral. El espacio se bendecirá mañana, Viernes de Dolores, durante el gran día de la gran devoción mariana de Córdoba, y supondrá la culminación de un largo anhelo y de una obra que ha durado casi un año.
Se trata de unos trabajos promovidos por el Obispado de Córdoba y financiados por la corporación del Viernes Santo. El principal cambio que percibe el espectador es el cambio en la altura y en el aspecto del solar, sobre todo en la parte oriental, la situada a la espalda del Cristo de los Faroles. Ahora tiene la misma altura que la nave de la que salen la Paz y el Císter. La entrada al local sigue siendo por el dintel por el que han salido la Virgen de los Dolores y el Cristo de la Clemencia desde 2002. Sólo se ha cambiado la puerta, que tampoco tiene marco superior, por la altura de la plaza.
Desde ahí se llega a un patio, que se ha configurado a la forma cordobesa más tradicional, con un ciprés y una buganvilla próximos al muro oriental. En la crujía oeste está el espacio en que se montarán los pasos durante la Semana Santa, y donde esperará el momento de comenzar su estación de penitencia. Se trata del mismo lugar en que han estado estos años, aunque mejorado con una obra y no con el techo provisional que han tenido desde entonces. La zona norte se dedicará a actividades pastorales y formativas, en coordinación con la parroquia de San Miguel, en cuya feligresía está el local.
Luis Miranda Abc enlace a noticia
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