En una tradición recuperada, a las doce de la noche y tras el repiqueteo glorioso de la espadaña de San Jacinto, se abrirán las puertas de la iglesia conventual para felicitar a la Señora de Córdoba en su día grande.
En un pequeño acto que cada año llena la iglesia, los fieles nos acercaremos a rezarle una salve y el Grupo "Noches de mi Rivera" les rezará cantando unas plegarias populares cordobesas, en un acto que da el aldabonazo de salida al Viernes de Dolores. Recomendamos la asistencia a un acto emotivo y devocional.
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