Existen una serie de tradiciones heredadas por las hermandades que han sido trasmitidas generación tras generación sin apenas haberse modificado. En algunos casos son costumbres, otras reglas marcadas en algún legajo que el más rancio del lugar atesora como preciado dogma y en el último lugar simple desidia por no modificar lo heredado.
El caso que trataré y que concierne a nuestra hermandad es de esos casos que pasan a la modalidad de costumbre, trasmisión y no catalogado como desidia pero si de, llamémosle falta de atención.
Nuestra hermandad tiene una costumbre que yo personalmente y tras haber consultado a los viejos del lugar durante años, nunca nadie me demostró que estuviera escrita y la explicación que más se acercaba, hoy en día carece de sentido.
Para una persona que no conozca la tradición y por consiguiente la vea como algo de costumbre, decirle que los titulares de una cofradía son retirados del culto público durante unos días en plena Semana Santa es cuanto menos, chocante.
Desde tiempo inmemorial y una vez que San Jacinto descansa de una jornada de miles de visitas, miles de plegarias, miles de oraciones y muestras de cariño, nuestros titulares se retiran del culto como si un descanso necesitaran a tanta devoción. El silencio se apodera y el vacío de sus estancias se agranda.
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Siempre se me quedó grabada una frase que se me repetía en mi niñez, que me repetía Don Fernando, Don Andrés y Don Antonio, "Rafa, las monjitas se merecen tenerla unos días con ellas y rezarle". Esta frase hoy en día y desde hace años carece de sentido. Tanto la Señora como el Cristo una vez eran retirados de la Iglesia se veneraban en el interior del convento, en la desaparecida "Sala Capitular". Esta sala, de forma rectangular y decorada con cuadros y lámparas de araña era la destinada a su cobijo. Pero esta sala desapareció ante la necesidad de dotar al asilo de una gran dependencia para servir las comidas a los ancianos alojados en la residencia. Se derribaron muros, se unieron habitaciones y la sala capitular paso al recuerdo, ese recuerdo que grabas con cariño de tus mejores momentos en tu hermandad.
Ya no entrarían los titulares al convento, ya no traspasarían el patio de la inmaculada en busca del rezo enclaustrado, ya tenían una nueva dependencia, pero ahora por separado. La Virgen en una estancia y el Cristo en otra "estancia". Ya la escusa de dejársela a las monjitas perdía sentido.
Otro argumento a la retirada era la dificultad de la salida y el montaje de los pasos en el exterior, bueno si, pero no era necesario tantos días de retirada.
La evolución en las hermandades es patente y la conservación del legado tanto patrimonial como espiritual tiene que ser firme, pero hay cosas que se pueden modificar y agrandar más si cabe con sus acciones la devoción y el cariño.
No tiene sentido que en plena Semana Santa, cuando llegan sus hijos de otras tierras a prepararse para su estación de penitencia no puedan verlos o si los ven sean pidiendo permiso, cosa que se concederá si el momento lo propicia. Son días de muchas visitas a la ciudad, de mucha gente foránea que se acerca a San Jacinto a conocer a la Señora de Córdoba y que se van sin conocerla.
Gracias a dios hoy en día disponemos de una nueva casa, una casa digan que podemos elevarla a la categoría de "ermita", aprovechemos el tiempo nuevo que nos toca vivir y mejoremos la tradición.
Lanzo una propuesta desde el amor a mis titulares, a mi hermandad. Adelantemos el traslado a sus pasos a una noche mágica como es el Sábado de Pasión, justo antes de que la plaza se llene de saetas y con los corazones preparados para la mañana que se acerca. Dispongámoslos en sus altares móviles, que Córdoba los disfrute en su majestuosa casa desde la mañana del Domingo de Ramos y que todas las visitas que lleguen a Córdoba se vallan diciendo
"Yo he rezado ante la Virgen de los Dolores, la Señora de Córdoba".
Rafa López.
Retirar del culto a nuestros titulares, en el apogeo de La Cuaresma, debe evitarse porque es la época menos apropiada para ello. A las sagradas imágenes sólo se les debe retirar del culto, por razones muy muy justificadas, sea en la época que sea.
ResponderEliminarNuestra Hermandad, para variar, suele hacer muchas cosas sin sentido. Esta es una de ellas. Cosas como estas están haciendo que la devoción a nuestra Señora se vaya apagando. Ella tiene que estar siempre para Córdoba, y Córdoba para Ella. Ella tiene que estar siempre para su ciudad.
ResponderEliminarUna imagen sagrada, NO es un MUEBLE que se retira cuando y como conviene. Habrá razones, pero deben buscarse soluciones para no mover a la Santísima Virgen hasta el momento del traslado al paso.
ResponderEliminar¡Gracias!