Hay un instante de la Semana Santa de Córdoba que parece cotidiano y sencillo pero que es capaz de provocar los sentimientos más perennes. Un momento alejado del ruido que trae la tarde del Jueves Santo, con las procesiones ya en la calle y la ciudad de Córdoba volcada al encuentro de sus procesiones. El traslado hacia sus pasos deNuestra Señora de los Dolores Coronada y el Santísimo Cristo de la Clemencia. A un día de que Córdoba reciba de nuevo a la Virgen de los Dolores, la corporación de San Jacinto muestra en la plaza de Capuchinos, por unos minutos, a sus titulares.
La situación es diferente a la habitual. A plena luz del día y a las 12 de la tarde. Sin cirios, túnicas o cubrerrostros. Con un profundo silencio en el ambiente y rostros recogidos tras el rezo del Ángelus, un gran número de personas entran en la plaza de Capuchinos mientras el Cristo de los Faroles contempla la escena. Los hermanos de la hermandad de los Dolores portando a hombros, en parihuelas, a sus sagrados titulares. Desde la iglesia de San Jacinto hasta el lugar reservado en la plaza para la salida en procesión el Viernes Santo de la cofradía. Una estampa única en la Semana Santa de Córdoba y leve, muy leve.
El Cristo de la Clemencia encabeza la marcha y contempla a sus fieles en la calle por primera vez desde hace mucho tiempo. Los ciriales advierten de su presencia cuando comienza a salir por las puertas de San Jacinto y los más curiosos, agolpados, se apuran por demandar el silencio que merece la talla de Amadeo Ruiz Olmos. El sol ilumina toda la plaza de Capuchinos y los devotos que han ido a contemplar el evento buscan la sombra en los lugares más próximos al pequeño cortejo. Y es que no todos los días existe la posibilidad de contemplar a dos de las imágenes que más fervor levanta en los corazones de los cordobeses de esa manera, tan cercana y sencilla.
Abandona su altar y se prepara un día antes para pasear de nuevo por Córdoba. La Virgen de los Dolores, ya vestida y prácticamente preparada para el Viernes Santo, es llevada con sumo cuidado por un pequeño grupo de hermanos. La imagen es significativa pues así comenzó esta talla a procesionar en la Semana Santa de Córdoba, sobre parihuelas, hace trescientos años. Tiempos alejados de este año 2015 y este día de traslado pero que quedan conectados gracias a la imagen de la Señora de Córdoba recorriendo la plaza de Capuchinos.
El traslado de las imágenes titulares de la cofradía de los Dolores es un instante que se repite cada año ante la imposibilidad de que el cortejo comience la estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral desde la iglesia de San Jacinto. Un momento vivido con especial devoción por los hermanos de la hermandad y por todos aquellos devotos del Santísimo Cristo de la Clemencia y Nuestra Señora de los Dolores Coronada.
R.C.M. Abc Córdoba - enlace a noticia
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