La jornada del Viernes Santo, la última tarde de procesiones de la Semana Santa en Córdoba, discurrió ayer con la factura de toda la vida. Muchos fueron los detalles que llevan a esta conclusión. El primero nace de la protagonista de la cita cofrade, ya que la Virgen de los Dolores, la Señora de Córdoba, estrenaba unos candelabros antiguos y llevaba la peana más a la vista.
Con menos calor que los días precedentes pero con bastante gente a medida que avanzaba la tarde, cualquiera pudo contemplar otro estreno importante del día, como fue el manto de brocatel de la Virgen del Desconsuelo o las figuras secundarias del Descendimiento que aparecieron con ropas oscuras sin bordar.
Valga un apunte final: el azahar se ha confirmado (ayer pudo constatarse) como un elemento esencial del exorno floral. Dos pasos del Viernes Santo lucieron esta flor: los de la Virgen del Rosario y la Virgen del Desconsuelo.
R. A. / L. J. M. - Abc Córdoba - enlace a noticia
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