Para aquellos que nos sentimos cofrades comienza la cuenta atrás para vivir una Semana de Pasión cargada de alegría, esperanza, promesas y disfrute de nuestros sentidos ante todo lo que contemplamos, respiramos, oímos y degustamos. Pero también se inicia un período cargado de actos institucionales en nuestras Hermandades y, precisamente por ello, debe ser un toque de atención no sólo a cómo es nuestra vida como cristianos sino también a reflexionar sobre qué hacemos EN y POR nuestras hermandades, qué sentido tiene para cada uno de nosotros.
Y para aquellos que amamos el mundo del costal nos vamos preparando, ensayo tras ensayo, para vivir una ESTACIÓN DE PENITENCIA en la que a través de nuestro sacrificio compartido y hermanado damos mayor Gloria a nuestros Sagrados Titulares. El Viernes Santo, cuando la Madre de Córdoba, bendita Virgen de los Dolores, se asoma a Capuchinos.... el tiempo se detiene. Ya sale la Madre, Reina, Dueña y Señora de nuestras almas. A Ti nos acercamos a través de nuestro rezo más íntimo, aquel que bajo las trabajaderas se convierte en canto de amor hacia Ti. Llevarte sobre mi cuerpo es el privilegio más grande que un hijo pueda tener. Acercarse a tu pueblo caminando junto a Ti por tus calles y plazas, ajenos a tiempo y espacio, elevando nuestra mejor plegaria de ruegos y gracias, racheando el pié para que tu andar sea majestuoso y liviano....... no hay mejor manera de rezarte y de proclamar al mundo con estrepitoso silencio que ERES LA MADRE DE DIOS y Madre nuestra.
Virgen de los Dolores, haz que seamos capaces de hacer de nuestras vidas ejemplos de lo que tu divino Hijo de la Clemencia nos enseñó. Danos fuerzas para seguir su camino, e intercede ante Él por nosotros y nuestras familias.
VIRGEN DE LOS DOLORES, CONTIGO SIEMPRE.
0 comentarios:
Publicar un comentario